Dunas, lagunas y bosques
Lavalle a tan solo 34 km de la ciudad de Mendoza es una tierra de contrastes donde conviven oasis cultivados y grandes espacios áridos.
Es un territorio de patrimonios milenarios, usos, costumbres, místicas historias y leyendas, herencia de pueblos originarios de etnia Huarpe y del crisol de familias pioneras criollas y de inmigrantes.
¿Por qué visitar Lavalle?
Altos Limpios y Bosque Telteca: Para los apasionados de las actividades ecoturísticas,en el mágico secano lavallino podrás descubrir el secreto de los médanos de Los Altos Limpios, localizados en la Reserva Provincial Telteca, donde habitan centenarios bosques de algarrobo y chañar y una riquísima fauna liderada, por el bullicio de gran variedad de aves.
Lagunas de Huanacache: El Complejo Lacunar Huanacache ( sitio RAMSAR) cadena de lagunas de agua temporal, con un ecosistema de humedales y de sitios como Alto El Sameauta donde naturaleza, historia, arte, artistas locales y degustación de vinos caseros, se conjugan como una experiencia única, en un médano bajo la luna llena.
Comer en los puestos: Si algo caracteriza a Lavalle son sus típicos puestos que ofrecen exquisitas comidas regionales en hornos de barro. Su plato principal es el chivito asado, la chanfaina, locro, chilindrón, carne a la masa o a la olla, empanadas y pasteles, acompañadas de un excelente y aromático vino casero local.
Talleres de trenzado y paseos en bici: También se pueden realizar paseos en bici, acompañados por un baqueano de la zona, talleres de trenzado en cuero e hilado, ya que son cultores de auténticas artesanías heredadas de técnicas ancestrales como tejidos al telar, finos trenzados en cuero y vasijas de arcilla.
Producción biodinámica: Conocer tecnologías alternativas de bioarquitectura, agricultura y producción biodinámica, la degustación y el proceso de extracción de la miel natural o descubrir un lugar, donde el arte cobra vida, con exposiciones de artísticas, música, artesanías, talleres culturales y modelado de cerámica. En este mismo entorno, la naturaleza invita a conectarse con el sonido de los pájaros o la brisa del viento, con paseos guiados entre plantaciones de frutales, viñedos o granjas, cabalgatas y paseos en bici.
